lunes, 1 de octubre de 2012

COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS




Hola a todos

Este fue un documento que le envié a Danilo Medina en Febrero 2012, en el fragor de la campaña.

Hoy quiero compartirlo contigo y espero tu opinión.

Gracias.

Ernesto Rymer
La Romana


Me van a permitir dirigirme al Compañero Danilo Medina por última vez.
Compañero Danilo: es la última vez que nos dirigimos a Usted con esta apelación porque a partir del 20 de mayo y para siempre, Usted  será para nosotros, aunque con el mismo cariño, Señor Presidente.
Compañero Danilo, yo he dicho que la democracia es el gobierno de unos pocos, en perjuicio de los muchos, pero con el apoyo de los muchos.
El apoyo de los muchos se basa en la confianza. Los muchos creen que los pocos los representan, que gobiernan por y para ellos.
Por eso, los pocos siempre se preocupan por mantener esa confianza y cualquier persona que atente contra esa confianza es condenada sin contemplaciones.
Los ejemplos en los países democráticos organizados, más desarrollados que la R.D. abundan, hasta en países que tienen cierta cercanía cultural, étnica y social con nosotros, como es el caso de Puerto Rico.
En Puerto Rico, un congresista del partido de gobierno no pasó una prueba de doping, y sus propios compañeros de partido lo denunciaron y lo hicieron renunciar.
En el Estado de Illinois, en Estados Unidos, el gobernador insinuó la posibilidad de hacer negocio con el escaño en el congreso federal, que había dejado vacante Barack Obama, al asumir la presidencia de la nación.
Esto provocó un escándalo de tal magnitud que el gobernador Blagojevich tuvo que renunciar, pero la situación no paró ahí, si no que recientemente fue condenado a 14 años de cárcel.
En España, el yerno del rey está siendo sometido a la justicia por hacer negocios algo turbios, o por lo menos sin cumplir con la debida reglamentación.
En Alemania, el delfín del partido de gobierno, ministro de la canciller Angela Merkel, cayó en desgracia porque se denunció que su tesis para optar por el título de doctor de una prestigiosa universidad alemana había sido un plagio.
El caso de Brasil es de antología. La presidenta Dilma Roussef ha separado de su gobierno a 7 ministros en apenas un año. Y esto no necesariamente por actos de corrupción comprobados. Ha bastado el rumor público y la incapacidad de los incumbentes para aclarar satisfactoriamente la situación para hacerlos saltar del cargo.
Entre nosotros la situación da ganas de llorar.
Más de un congresista, de nuestro Partido, ha sido acusado de agresión a su pareja, de ejercer violencia intrafamiliar y eso no da lugar a ninguna reacción de parte de sus colegas ni de parte del Partido.
Un  señor, con rango de secretario de Estado, se compra a sí mismo, unos terrenos en san Pedro de Macorís, haciendo un negocio a todas luces nocivo para los intereses del Estado y nada pasa.
Un coronel se descubre que tiene una casa de 17 o 18 millones de pesos, entre otras propiedades, y nada pasa.
Todos sabemos que aquí, el 99 % de los militares se ha enganchado a la Policía Nacional o a los cuerpos  militares por necesidad vital, para poder subsistir. Entonces, es altamente sospechoso el despliegue de poder, haberes y riqueza que exhiben muchos de nuestros hombres de uniforme.
El director del PRA se hace hacer una construcción millonaria con los recursos del departamento que dirige y nada pasa.
El hijo de un juez de la Suprema Corte de Justicia es atrapado ingresando al país una cantidad de dinero que no puede justificar, pero se le entrega y nada pasa.
La lista de situaciones irritantes, anormales, dolosas y hasta criminales es interminable.
Yo lo vi a Usted respondiendo una pregunta en el Telematutino 11, el jueves 12 de Enero, Y acertadamente Usted dijo que en nuestro país, la corrupción está en el cuerpo de la sociedad. Yo también lo creo así.
Pero alguien debe empezar a cambiar las cosas.
Y la voluntad de cambio tiene que estar en la cabeza del jefe del Estado.
Yo he afirmado y reitero que todas las acciones ilícitas que se cometen en el país, absolutamente todas, tiene un apoyo oficial. En algunas ocasiones ese apoyo es de una autoridad civil, pero en la inmensa mayoría de los casos tienen una autoridad policial o militar, de alto rango detrás.
Mencione la actividad que quiera: narcotráfico, contrabando, trata de blancas, viajes ilegales, falsificación de documentos, robos y atracos, fracturas y escalamientos, robos de vehículos, prostitución de menores, empleo de mano de obra inmigrante ilegal, etc., etc. Siempre encontrará una sombrilla protectora con un uniforme rameado, con estrellas.
Yo quiero ser parte del gobierno que empiece a enfrentar esa situación. Será duro. Pero algún día debemos empezar. Y confío en que sea ahora,  con el Compañero Danilo Medina como jefe del Estado.
Porque solo el jefe del Estado puede destituir; solo a la pluma del jefe del Estado se le tiene miedo; solo la decisión firme del jefe del Estado puede controlar en alguna medida la enfermiza tendencia que tenemos todos, en lo público y en lo privado, de conseguir   “lo mío alante”.
No pretendemos que desaparezca la corrupción. No somos ilusos. Pero sí pretendemos que se restaure la confianza de los gobernados en sus gobernantes.
Para esto no necesitamos conseguir más recursos. Eso se puede lograr solo con voluntad. Pero la primera voluntad tiene que ser la del Presidente de la República. Hasta ahora no la hemos tenido.
Ahora tenemos la oportunidad de hacer algo que realmente nunca se ha hecho: mostrar la voluntad de enfrentar la corrupción.
Espero no equivocarme confiando en Usted, compañero Danilo Medina.  Yo creo en Usted, como  ya cree la mayoría del pueblo dominicano.
Por favor, ayude a su pueblo, entre a la historia, Presidente Danilo Medina.
Muchas Gracias

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