En todos los países hispanos, los
comunicadores tienen problemas para usar apropiadamente los números ordinales. En España o en México,
es común escuchar a alguien en la radio
o en la televisión decir el “sesenta i dos aniversario”.
Pero en nuestro país esto adquiere ribetes
trágicos. El 60% de nuestros comunicadores no sabe cómo se hace el ordinal de
62. Y entre los políticos la situación es peor aún, pues
más del 90% no sabe “con qué se come eso”.
En
el mejor de los casos utilizan el cardinal, como en México o en España; o
cometen la barrabasada de usar el partitivo y dicen “sesentaidosavo”.
Muy
pocos comunicadores, y casi ningún político, saben emplear la forma correcta de
“sexagésimo segundo”.
¿Y
por qué esta dificultad, si en otros idiomas es tan fácil, y cualquier niño de
primaria domina a la perfección el uso de los ordinales?
El
asunto está en que nosotros lo hemos complicado mientras que ellos lo han
simplificado.
Veamos
algunos ejemplos (todos con el 62):
En
Inglés sixty-two da sixty-second.
En
Francés Soixante-deux da soixante-deuxième
En Italiano sesanta-due da sesanta e
secondo.
En Alemán zwei und sechzig da zwei und
sechzigten.
Solo en Español, yo debo dar el ordinal,
individualmente, de la unidad, de la decena, de la centena, de la unidad de
mil, etc., en orden regresivo.
Recordemos el ordinal de 1262: “milésimo,
dos centésimo, sexagésimo segundo.
Yo quiero proponer que nos simplifiquemos
la vida, que adoptemos el sistema de los otros idiomas, de manera que el
ordinal sea más simple, como en Inglés:
1262: one
thousand two hundred and sixty second.
En Español puede ser: Mil doscientos
sesenta y segundo.
Así, nuestros niños tendrán que aprender
los ordinales igual que ahora, pero su uso será mucho más fácil, pues en vez de
cuadragésimo cuarto podrán decir cuarenta y cuarto.
Ernesto Rymer
La Romana
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