sábado, 18 de junio de 2011

EL ARTE DE ESCRIBIR


Para unos pocos privilegiados, escribir es un arte. Pero para ellos y para todos los demás, escribir también es una ciencia.
Y como toda ciencia, tiene un método y unas reglas que hay que respetar.
El problema estriba en que para respetar las reglas hay que conocerlas. Y los dominicanos tenemos el gran dilema de que no conocemos las reglas.
Eso viene de viejo. Es común entre nuestros estudiantes universitarios descuidar y hasta menospreciar el conocimiento de las reglas del buen uso del idioma. Con frecuencia nos topamos con un estudiante de derecho, o de medicina, o de ingeniería, o de cualquier otra carrera, que nos dice que él no tiene porqué preocuparse por el lenguaje, pues él no estudia letras.
El asunto es que luego nos topamos con un profesional que nos hace pasar vergüenza por su pobre dominio del español, y que tiene innumerables faltas ortográficas y conceptuales cuando tiene que desenvolverse con el idioma, para el ejercicio de su profesión y de su vida.
Cómo le reclamamos corrección en el hablar y escribir a la gran proporción de dominicanos iletrados o semi analfabetas o analfabetas funcionales que tenemos, si es raro encontrar un profesional que use con propiedad, corrección y claridad el idioma que (se supone) él debe manejar a la perfección.
Y esto se aplica, lo digo con dolor, hasta para profesionales de la comunicación, quienes cometen unos dislates, al hablar por radio o televisión o al escribir en periódicos impresos o digitales, que nos  llenan de vergüenza, sobre todo cuando los comparamos con sus iguales de otros países, que comparten con nosotros el uso del idioma español.