sábado, 5 de marzo de 2011

Crisis Energética

Es muy cierto que la crisis es mundial. Es cierto también que la República Dominicana no produce petróleo y que el 85% de la producción de energía en el país depende de petróleo importado.

Pero también es cierto que todos los países organizados del mundo están poniendo en práctica programas de ahorro de energía y de combustible.

Nosotros tenemos algunos funcionarios que actúan como si no nos afectara la crisis, como si fuéramos un gran productor de petróleo y que nuestras reservas del mismo fueran inagotables.
El año pasado entré a un restaurante en la avenida Bolívar de la capital, casi a esquina Dr. Delgado. Estuve en ese sitio alrededor de una hora y media.

Cuando llegué, me estacioné al lado de una yipeta negra, grande, no recuerdo la marca, pero que estaba encendida, con el aire acondicionado en marcha.

Cuando salí, la yipeta negra estaba en las mismas condiciones, con dos personas sentadas en su interior.


En ese momento supe de quien era el vehículo, pues había visto en el restaurante al señor Rafael Nuñez, quien es vocero de prensa del Palacio Nacional, en compañía de varias jóvenes, en una conversación muy amena, que me pareció de trabajo.

Esta situación se me había olvidado, o se me había guardado en el subconsciente, hasta el día de ayer, cuando vi una acción similar, de parte del chófer del ministro de la juventud, en una actividad en la que este último estaba, en la ciudad de La Romana.

El ministro de la juventud asistió a una muy importante actividad, propia de su cartera y por el desarrollo del municipio; más de una hora él estuvo dentro y durante todo ese tiempo su chófer estuvo sentado al volante, con el vehículo en marcha y con el aire acondicionado encendido.
Siempre se ha dicho que el ejemplo debe comenzar por arriba.

Cómo les pedimos a los que compran el combustible con su dinero que tienen que pensar en ahorrar, si los que lo compran con el dinero del pueblo ni siquiera piensan en ello?

Y me podrán decir que es culpa del chófer. Pues no. Si  mi chófer hace eso una vez, lo amonesto, si lo hace dos veces, lo despido. La gente tiene que creer en mí. Tiene que creer que mi preocupación por el problema energético es real, pero eso no se logra con palabras. Debe ser a través del ejemplo.